Durante una clase estuvimos hablando sobre cómo
resolver un conflicto. Es un truco que nos explicó nuestro profesor, y que por
lo visto ha visto la experiencia cruzando países para resolver incluso
conflictos bélicos.
Lo primero hay que saber que el conflicto es la
punta de un iceberg o la punta de una pirámide. Debajo hay intereses y
necesidades que entran en oposición.
¿Creéis que hay falsos conflictos? Puede que no haya
conflicto de intereses, pero hay falta de comunicación y en especial de
escucha…
Por ello, a través de un pequeño y gran ejemplo vamos
a resolver un conflicto.
Imaginemos que dos hijos se enfrentan por una
naranja. Parece ser que es la única que
queda en casa y ambos la quieren.
Lo primero que hará su madre o padre es preguntarles a
cada uno. ¿Qué quieres?
A lo que ambos contestaron que querían la naranja.
En segundo lugar se les dice…¿Por qué?
Uno de ellos dice que quiere hacerse un zumo. Y el
otro la quiere para hacer un pastel para el colegio.
La misma naranja no es un conflicto dado que ambos
pueden utilizarla. Uno para beber su jugo y otro utilizaría la cascara para el
pastel.
En muchos conflictos, no hay realmente un conflicto de
intereses, dado que se puede llegar a acuerdos porque lo que hay debajo…las
necesidades que tenemos pueden no ser las mismas.
Nada como un té a tiempo, que sirva de ambiente y clima para mediar en un conflicto. |
Me gusto conocer esta historia a través de la cual he
tenido la suerte de ponerla en práctica en mi trabajo. La convivencia resulta a
veces complicada en determinados espacios y contextos donde se mezclan muchas
culturas, costumbres, maneras y formas de pensar…además de las mochilas de
vivencias que traen consigo.
Por ello,
los conflictos resultan algo inevitable. Hay que aprender a vivir con ellos y
manejarlos como si fuesen una oportunidad. Las personas que viven un conflicto,
incluso quienes lo presencian, pueden sentirse intimidadas y violentadas,
dependiendo de cómo sea dicho conflicto.
En ocasiones, dichos conflictos, tan solo se resuelven dando la
oportunidad de que se expresen con tranquilidad sobre como han vivido el
problema y que solución darle…pero en ocasiones, desean cosas que no se pueden
dar dado que a veces el conflicto verdadero está lejos, muy lejos de la
situación por la que se ha provocado dicho conflicto.
Sobre esto hay que seguir
trabajando, y aunque lleguemos a encontrar la raíz o dar un nombre más acertado a los problemas, podemos llegar a vivir con los conflictos, transmitiéndolos como una aventura.
Devolvemos al educar, una vida bañada en ir adquiriendo seguridades, pero...¿quién enseña a vivir en movimiento que es lo que realmente va a suceder? Tendremos conflictos internos, a nivel emocional, y a muchos otros niveles...dichos conflictos se afrontarán mejor, si desde la escuela nos enseñan que los momentos no permanecen...se evaporan y que aunque la sociedad nos ha enseñado que hay que vivir con unas determinadas necesidades...nosotros también podemos elegir cuales.
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