miércoles, 29 de octubre de 2014

La pirámide de los conflictos

Durante una clase estuvimos hablando sobre cómo resolver un conflicto. Es un truco que nos explicó nuestro profesor, y que por lo visto ha visto la experiencia cruzando países para resolver incluso conflictos bélicos.

Lo primero hay que saber que el conflicto es la punta de un iceberg o la punta de una pirámide. Debajo hay intereses y necesidades que entran en oposición.

¿Creéis que hay falsos conflictos? Puede que no haya conflicto de intereses, pero hay falta de comunicación y en especial de escucha…

Por ello, a través de un pequeño y gran ejemplo vamos a resolver un conflicto.

Imaginemos que dos hijos se enfrentan por una naranja.  Parece ser que es la única que queda en casa y ambos la quieren.
Lo primero que hará su madre o padre es preguntarles a cada uno.  ¿Qué quieres?
A lo que ambos contestaron que querían la naranja.
En segundo lugar se les dice…¿Por qué?
Uno de ellos dice que quiere hacerse un zumo. Y el otro la quiere para hacer un pastel para el colegio.
La misma naranja no es un conflicto dado que ambos pueden utilizarla. Uno para beber su jugo y otro utilizaría la cascara para el pastel.
En muchos conflictos, no hay realmente un conflicto de intereses, dado que se puede llegar a acuerdos porque lo que hay debajo…las necesidades que tenemos pueden no ser las mismas.

Nada como un té a tiempo, que sirva de ambiente y clima
para mediar en un conflicto. 
Me gusto conocer esta historia a través de la cual he tenido la suerte de ponerla en práctica en mi trabajo. La convivencia resulta a veces complicada en determinados espacios y contextos donde se mezclan muchas culturas, costumbres, maneras y formas de pensar…además de las mochilas de vivencias que traen consigo.  

Por ello, los conflictos resultan algo inevitable. Hay que aprender a vivir con ellos y manejarlos como si fuesen una oportunidad. Las personas que viven un conflicto, incluso quienes lo presencian, pueden sentirse intimidadas y violentadas, dependiendo de cómo sea dicho conflicto.  En ocasiones, dichos conflictos, tan solo se resuelven dando la oportunidad de que se expresen con tranquilidad sobre como han vivido el problema y que solución darle…pero en ocasiones, desean cosas que no se pueden dar dado que a veces el conflicto verdadero está lejos, muy lejos de la situación por la que se ha provocado dicho conflicto.
 

Sobre esto hay que seguir trabajando, y aunque lleguemos a encontrar la raíz o dar un nombre más acertado a los problemas, podemos llegar a vivir con los conflictos, transmitiéndolos como una aventura. 

Devolvemos al educar, una vida bañada en ir adquiriendo seguridades, pero...¿quién enseña a vivir en movimiento que es lo que realmente va a suceder? Tendremos conflictos internos, a nivel emocional, y a muchos otros niveles...dichos conflictos se afrontarán mejor, si desde la escuela nos enseñan que los momentos no permanecen...se evaporan y que aunque la sociedad nos ha enseñado que hay que vivir con unas determinadas necesidades...nosotros también podemos elegir cuales. 

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